Trucha Record.

 

José Nieto, Casting Instructor. Fly Fishers International (FFI), pescador conservacionista, por sus conocimientos y su pericia que han calado hondo en la gran mayoría de los aficionados a la pesca a mosca y al lanzado, se ha ganado el respeto del mundo de la pesca. Enamorado de los ríos desde siempre, es un gran defensor de este patrimonio que la naturaleza nos ha legado con extrema generosidad. Además, este flamante pescador a mosca, es capaz de plasmar como nadie sus vivencias y “bailes” con sus princesas… esas truchas que por su tamaño y pelea siempre ponen muy complicada su captura.

 

Hoy, nuestro amigo J. Nieto nos relata un extraordinario baile con una princesa XXXL. Una trucha de record, 82 cm., que regresó al agua con mimo retándola para un próximo baile…en la intimidad del río, con la música del agua y la caricia del viento.

 

 

♦♦♦♦♦ ∞ ∞ ∞ ♦♦♦♦♦

José Nieto…

 

 

     En la pesca nada ni nadie te predice lo que va acontecer, y eso hace que esta actividad se convierta en algo imprevisible y a su vez sumamente interesante.

 

 

 

Yo ya sabía dónde se encontraba este Magnífico pez, puesto que había estado un buen rato observando la semana antes, como un pescador insistía una y otra vez para ese magnífico pez cogiera su mosca, y que, de una manera bastante frustrante, sus moscas en sus cajas mermaban de una manera rápida en el arduo empeño de que la Dona Mama comiera su artificial. O bien la mosca se posaba en una vena distinta de corriente, la cual el pez no hacia ninguna intención de desplazarse hacia ella, primero por no salir de su “castillo fortificado”, y segundo porque le pasaba suficiente comida en su vena para no tener que desplazarse, hacia una mosca que navegaba de manera errática, rayando la superficie de una manera notoria sobre la superficie, o bien la mosca tenían como objetivo posarse en las distintas ramas, a la boca de dicho pez.

Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea

(Benjamin Franklin)

 

La Dona Mama se encontraba en su “Trono”, Margen derecho del río, y en una zona de muy difícil acceso, franqueada por ambos lados dos grandes ramas, las cuales casi besaban la superficie del agua, una detrás de ella que sobresalía demasiado, la cual hacía que la entrada de la mosca agua arriba fuera prácticamente imposible, o con una deriva errática, y como este insistente pescador repetía la escena de manera secuencia y  bastante frustrante, y la otra más corta y sin llega a tocar el agua en su parte delantera, la cual dejaba un hueco, una pequeña oportunidad para hacer que la moscas entrara en la visual de este magnífico pez.

 

 

Llegado el día, a la semana siguiente, sin dilación alguna me fui directamente hacia ella, con la esperanza que de no hubiera ningún pescador intentando semejante trofeo, cosa poco probable debido a esa ubicación tan particular.

 

 

 

 

Mientras reconfiguraba mi bajo, personalizándolo para la ocasión, estudiaba y visualizaba la entrada, lanzamiento, deriva, supuesta clavada y posterior baile con la ínclita Dama. Me situé por encima del pez muy sigilosamente, a unos 20 metros que es lo máximo que me permitía las condiciones del río hacerlo, y fui aguas abajo con sumo sigilo, acercándome a la Dona, paralelo al margen derecho. AL llegar a una distancia prudencial de unos 15 metros, donde podía ver la rama superior con claridad. Ejecuté mi primer lance, un extendido de izquierda apilando la línea en la caída en la punta de la caña, pero por desgracia, se quedó por fuera de la rama que sobresalía, parecía puesta por el mismísimo diablo, ella bien sabía dónde estaba situada, y no entro en su campo de visión, o al menos donde ella estaba alimentándose.

 

EL segundo fue correcto, la línea, una WF #4, navegaba aguas abajo alimentándose, en su extensión de ese apilado, lo que favorecía una que la mosca navegara de manera libre y natural.  Nada más pasar por encima una gran boca resurgió de entre las aguas y de una manera noble y pausada, como si quisiera absorberla, como si de un delfín se tratara la engulló limpiamente.

 

 

Yo realice la clavada de una manera muy suave, contando hasta tres, como yo suelo decir, y como debe de hacerse a estas truchas de gran porte. Uno de los peligros de la clavada aguas abajo es el descuelgue del pez, con suma facilidad, pero sorprendentemente en este caso salió de su “Trono”, para desplazarse hacia la mitad del rio, lo que facilitó todo enormemente, y vi una posibilidad en lo que consideré prácticamente imposible, debido a las dimensiones de este pez y donde se encontraba.  Lo que me hizo sospechar que este pez no había comido muchas artificiales de esa manera.

 

 

Rápidamente aguantándola durante unos segundos, pude colocarme por debajo de ella, con algo de paciencia, logré sacarla más de las ramas, que era el punto más peligros y delicado, hasta que logré ensalabrarla en una de sus numerosas torsiones y giros, con sumo mimo y cuidado, ya que los movimientos bruscos y rápidos   tipo de peces no son muy recomendables.  No pude creer lo que veían mis ojos cuando vi que no me apenas entraba en mi sacadera, dejando gran parte de su lomo y caudal fuera de ella, mis pensamientos se confirmaban.

 

Era un Pez realmente espectacular!!!!!.  

 

Sobre todo, de largo. He sacado peces más pequeños de longitud, pero mucho mayores de grosor. ¡¡La Dona Mama por fin pudo ser acariciada!!

Nunca he pesado ni pesaré a mis capturas, pero llevo en mi caña dos marcas para poder realizar una medición de una manera rápida, y desde el agua, algunas capturas. Una está situada a los 70 cm y otra a los 80 cm. La Dona Mama pasaba algunos cm de esta última. Cuál fue mi sorpresa al proceder a desprender la mosca de su boca, que de repente, y sin esperarlo, giró bruscamente, y gran parte de sus afilados dientes, incidieron sobre mi mano, la cual empezó a sangrar abundantemente.

 

 

 

Como la captura fue relativamente rápida, el pez estaba entero. Aun así, sólo disparé dos fotos muy rápidas, con mi mano izquierda, las dos que podéis observar antes de su rápida huida sin mirar atrás. No sé si habrá próxima vez querida Dona, pero lo que sí puedo asegurar; es que jamás podré olvidarte. Formarás parte de mi colección de recuerdos privada. Que un animal pueda hacerte sentir cosas increíbles, sin ni tan siquiera rozarme, Me parece realmente Admirable.

¡Gracias querida Dona y Hasta siempre!