SOLEDAD

Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
y el viejo puente rústico y sencillo
completando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
basta a veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
el puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;
eres tú, corazón, triste o dichoso,
ya del dolor y del placer el árbitro,
quien seca el mar y hace habitable el polo.

Rosalía de Castro
SOLEDAD
                               Por .-   D. Venancio Álvarez López

~~~~~~Es bonito compartir con un amigo los avatares del río, esos momentos de algo en lo que disfrutas desde hace tantos años. Pero hay otros distintos, otros en los que no puedes compartir esas emociones porque estás en completa soledad. 

 

Echas de menos al amigo que hoy no te ha podido acompañar, estas solo ante el río acechando a ese ser inteligente y pensando cómo le puedes engañar, te centras y nada te distrae, intentas descubrir esa sombra que en el fondo del río se distingue a duras penas.
Su camuflaje natural la oculta de miradas inoportunas, pero llega el momento en que pierde algo de su natural recelo, comienza a moverse porque comienza la “deriva natural de los invertebrados”, lo mismo que el “Maná” que Dios enviaba todos los días al pueblo israelí, su alimento las llega y no se puede despreciar.
No tiene ganas de moverse, esa temperatura fría la mantiene inmóvil, pero tiene que vivir y alimentarse, cuando apreciamos algo de vida en el río, aunque con sigilo, comienzan los círculos  en  la superficie.
Nos hemos preparado con antelación ante este hecho natural, en nuestras cajas de moscas puede estar esa imitación del insecto que hemos visto esporádicamente revoletear, o ir flotando cual barco velero por el río abajo. Analizamos y vemos sus características es una efémera o un  tricóptero, o solo es una emergente de uno de estos insectos, nos comenzamos a preocupar… ¿Dónde la comen?, es a  medias aguas posiblemente o debajo de la película superficial del agua, por la mañana estaban pegadas en el fondo de gravas transparentes y algún toque hemos sentido pescando con ninfa, ahora ya han ascendido y tratan de atrapar al insecto que llega a una barrera muy difícil de superar por la tensión superficial de los líquidos, allí se detiene un momento en el que se juega la vida o rompe rápido esa barrera o se acabó su efímera existencia convertida en alimento para nuestra trucha amiga que le acecha.
Nuestra emergente preparada con antelación nos comienza dar sorpresas, parece que la quieren, pero algún rechazo evidente nos hace pensar, ¿será el tamaño inadecuado?, hay que cambiar el modelo por una de número más pequeño o mayor, ya vemos como nos acercamos a la verdad cuando comienzan más a menudo nuestras capturas y sentimos el verdadero placer  de haber obrado en consecuencia, de haber convertido la teoría en la práctica y nuestros conocimientos de tantas lecturas dan el fruto esperado.
Es necesario no distraerse, hay que estar atentos ante algo de extrema dificultad. Pescar no es fácil, son muchas las variantes en este deporte, hay mucho de imaginación ante algo que no vemos, pero también nuestra astucia se agudiza e imita a la del ser que perseguimos para al final  lograr esa captura deseada.
Lo hemos logrado, camuflados entre las plantas de la margen del río, a veces agachados o de rodillas la estamos viendo en su refugio, nada la descubre y esos pequeños espejos que se forman en la superficie todavía lo dificultan más, gracias a la tecnología suprimimos esos destellos que lanzan a nuestros ojos. Un potente aliado nuestro, pero sin embargo en contra de ese ser esquivo que se oculta en su medio y no suele tener ningún fallo respecto a su simbiosis con el medio que la cobija.
 Hemos terminado nuestra jornada con la satisfacción de habernos comportado como  pescadores que aman la Naturaleza, que no desean el bullicio, solo tranquilidad, que no piensa nada más que en lograr esa captura y satisfacer su “ego” ante tamaña dificultad y devolverla al río después de habernos ofrecido ese maravilloso instante del que pudimos disfrutar, quizás algún día nos encontraremos otra vez  y los dos nos alegraremos de vernos como ya viejos amigos.
Sin duda ha echado de menos a su amigo y toda esa legión de los fines de semana, hoy ha experimentado muchas sensaciones y nada le pasó desapercibido, tranquilo, paso a paso, el río sin tocar por nadie anteriormente, parece imposible, que distinto hemos sentido el placer de la soledad y por las orillas las aves volando de rama en rama, algunas todavía atienden a sus pajarillos, más de un trino poco conocido, será un ruiseñor, algún mirlo, algún mosquitero, abejaruco o verdecino, qué más da, el caso es que nos deleitan a nuestro paso por el soto bosque, ¿qué mejor compañía podemos esperar?.
Estas sensaciones las recordamos constantemente y en los alivios que nos da la vida contemplamos la imagen de aquel día en que nos fundimos con la naturaleza que nos rodeaba y piensas si solo fue eso… un “sueño”.
 Una fantasía en soledad.
Red.- V. Álvarez.