Ribereño  de  dos  ríos
   
    La ciudad de León  que está asentada en una terraza fluvial, en la confluencia de los ríos Bernesga y Torío, en los últimos años viene asistiendo a una reconversión total de su fisonomía siguiendo una línea de urbanismo basada principalmente en obras sobre las zonas de influencia de estos dos ríos, haciendo de sus riberas paseos y zonas de recreo a base de escolleras y canalización de sus aguas, destrozo ecológico. Así y todo si vas por el margen de los ríos las vistas son agradables, la vegetación exuberante y el sonido de los pájaros y el agua te relajan.
   
 
 
 
Venancio Alvarez López
      La «suerte» de tener dos ríos… Tenemos la suerte de que las aguas de dos ríos trucheros rieguen una parte de la capital de nuestra Provincia. Los dos nacen próximos, en la Montaña Central Leonesa, en plena cordillera Cantábrica y tras serpentear algo más de medio centenar de kilómetros se unen en León, la Capital del Reino, después siguen su camino, el Bernesga recoge las aguas del Torío y juntos van hacia el Padre Esla que ya ha recibido anteriormente aguas del Porma y Curueño entre otros.

 

El paso por la capital no les aporta nada bueno, tan solo basuras y contaminación, escolleras y canales, y por ello aquellas corrientes cristalinas de sus nacimientos debilitadas por riegos incontrolados, usando métodos arcaicos como los riegos a manta, se han convertido en una débil corriente que no llega a ser un río, esto ocurre en el Torío principalmente.
 El Bernesga está regulado en su parte media-baja, con aportes de pequeños afluentes, más bien arroyos siendo el más importante el del Río Casares regulado por un pequeño embalse para refrigerar la Central Térmica de la Robla que deja pasar el sobrante y así llega a la capital con un estiaje profundo, debido a presas obsoletas y riegos descontrolados.

Es aquí en León donde se está profundizando en algo demandado por los pescadores más veteranos y también por otros colectivos… un Coto, varias veces denegado, pero no nos olvidemos que estamos en época de promesas ante unas próximas elecciones y quizás se quede solo en eso. «Promesas».
 Bonito río, con pozos, tablas que pueden hacer pasar esos momentos de descanso y de práctica en nuestro deporte en un lugar cercano a nuestras casas. 
No olvidarse que también somos ribereños y que no de un río sino de dos.
 En nuestras observaciones vemos como algunas truchas pueblan sus cauces, no cabe duda que si se regulara las condiciones para practicar nuestro deporte como es debido, con una vigilancia acorde y un seguimiento de sus caudales, seguramente en poco tiempo llegarían a tener unas poblaciones de truchas aceptables, pero quizás sea un sueño…y los sueños sueños son.
Por  .- Venancio Alvarez López (ciempies)