Amanece el río entre brumas y nostalgias,  yo estoy ahí emocionándome.
Me fascinan las riberas de los ríos porque es, entre la indómita frescura verde,  donde se pierde la mirada,  yo estoy ahí… sosegando el alma.

 

Es el milagro del agua que germina entre soles y piedras todas las simientes, yo estoy ahí… para gozarlo.

 

 Surge la vida entre arrullos de agua cristalina, yo estoy ahí… regocijando el espíritu.

 

Cuando ante la suave brisa palpitan las flores y reverencian las largas hierbas, yo estoy ahí…sintiendo su perfume.

 

Se precipita el río chispeando destellos y el silencio roto recuerda viejas melodías,  yo estoy ahí… para escucharlo.

 

Cuando el misterioso fondo refleja mi cara sin arrugas ni cansancio, yo estoy ahí…para agradecérselo.
Si mi mano crece alrededor de la caña y se dibujan en el aire mágicos círculos proyectando alas, yo estoy ahí… olvidando penas.

 

Cuando la trucha salvaje ataca mi mosca y se ve sorprendida por el engaño…yo estoy ahí… para extasiarme.

 

Si al atardecer las sombras hechizan el río y hacecillos de estrellas se prenden del cielo, yo estoy ahí…para soñarlo
Es el río que me prima, que me ayuda y me cura. Es el río que me calma, que me seduce y  me limpia. Es el río que me canta, que me escucha y anima.
Es él río, el río…es la vida.