La bosta o boñiga de vaca, no es una mierda cualquiera.
En nuestras correrías por los ríos es muy frecuente encontrarnos con estas bostas, todas iguales y todas diferentes, estampadas contra el suelo y que solo nos llaman la atención cuando las pisamos, porque son muy resbaladizas y luego el olor te acompaña hasta que pisas río.
Pero no son una mierda cualquiera; como estiércol es el más importante y el que se produce en mayor cantidad en las explotaciones rurales. Es el que mejor conviene a todos los suelos y a la gran mayoría de las plantas.
Cuando el excremento se seca se puede usar como combustible. También en algunos lugares se usa como revestimiento de las casas.  La bosta de vaca es utilizada en un sin fin de ritos e invocaciones hindúes, así como en la preparación de la ceniza sagrada (vibhute).
Las casas cubiertas con bosta de vaca además de ser insoladas del calor y el
frío son protegidas de enfermedades como el cólera, la plaga, insectos y
reptiles.
Se pueden aprovechar para convertirlas en energía, con el objeto de mitigar el cambio climático.  Los dos millones de vacas lecheras que hay en California, por ejemplo, producen más de dos millones y medio de metros cúbicos diarios de biogás al descomponerse el estiércol y generar metano.
Son muchos los artistas que las usan en sus obras.
Algunos ejemplos;  Realizar arte con mierda parece escatológico, pero esta no es una mierda cualquiera, aparte de sus propiedades como materia tiene connotaciones espirituales y simbólicas, afirma Emilia Azcárate. Camilo Seira, un escultor gallego, presentó su trabajo titulado «De Tripas Corazón» compuesto por esculturas hechas con boñiga de vaca, elemento que emplea porque el olor, dice, le recuerda a su infancia y el material supone un retorno a los orígenes, al primitivismo y a la naturaleza. Otro artista, Xoán Casal, comenta que ya desde niño le gustaba jugar con palos en la bosta del ganado, haciendo dibujos y formas. Tiene su casa decorada con sus cuadros, los excrementos, una vez secos, no desprende ningún hedor y presentan una gran dureza. El creativo Mikhail Bopposov  nativo de la república siberiana de Sajá (Yakutia), uno de los lugares más gélidos del planeta ha elaborado con sus propias manos una cobra gigante de estiércol de vaca congelada de 400 kg. 

 

Para los pescadores,  a parte de ilustrarnos el paisaje y avisarnos de que hay vacas sueltas, es un lugar donde podemos recolectar moscas para la pesca, siendo las amarillas (Scathophaga stercoraria)  las que mejores resultados ofrecen, sobre todo su imitación en seca en esos serenos al atardecer. Y aunque está en desuso también se pesca bien en superficie con varal en ríos pequeños.