Felicitación Pesca. Año 1970.
   Lo cual quiere decir que, el que esto escribe, tenía 31 años y ya llevaba pisando cascajales varios más, intentando aprender, eran mis primeros pasos. Fueron otros tiempos que casi ya no recuerdo, la escasa económica te empujaba a estudiar para intentar mejorar a pesar del sacrificio que esto suponía, porque como se suele decir no tenías dinero ni para mandar cantar a un ciego. Libros, matrículas etc., no te permitían salirte de la raya y la bicicleta era el vehículo para desplazarte a todos los sitios. Un mal día decidí no terminar lo que había comenzado y dejé de estudiar. Ocho horas de trabajo, domingos incluidos, acabaron con mi resistencia…cinco láminas a tinta china semanales, lecciones de asignaturas duras y a pesar de ser joven no pude resistir.  Fue el final de mi ingeniería técnica de minas después de dos años machacando.
Historia de pesca, año 70, vivida y contada por Venancio Alvarez López
 
Y así fue como me uní a un grupo de pescadores, a los que acompañaba a todos los sitios que tuviesen ferrocarril, al Orbigo en Veguellina, al Tuerto en Otero de
Escarpizo, Vega Magaz, Toral de los Vados y finalmente al Barco de Valdeorras, en aquel exprés que salía de León a las 2:02 para llegar a las 4:30. Entre mis papeles he encontrado los horarios de trenes que tenía mi Maestro y amigo Simón Calderón, al que siempre procurábamos acompañar por buena persona y por su
saber, pero también apareció otra cosa más importante, una FELICITACIÓN del Servicio de Pesca Continental, Caza y Parques Nacionales a la que tenemos estimada
consideración. Es un recuerdo grato de aquello tiempos.
Habíamos ido a pescar a Toral de los Vados, pero durante todo el día no lo pudimos hacer porque unos elementos se dedicaron a meter mano entre las ovas para sacar cangrejos de tamaño excepcional. Arrancaban las ocas que iban río abajo y se trababan en nuestros aparejos. Ya
por la tarde llegó el guarda que lanzó varios tiros al aire y los furtivos salieron de estampida, dejando cestas, camisas y la ropa que habían dejado oculta entre unas ramas. Nosotros nos ofrecimos a ayudarle, pues estábamos enfadados porque después de un viaje tan largo resultó que no nos dejaron pescar. El Guarda nos agradeció la ayuda ya que localizamos todo; las truchas, los cangrejos, paquetes de tabaco rubio y la ropa. Nos
tomó los nombres y nos acompañó a la estación, y a mitad del camino nos dio varias truchas a cada uno, lo demás lo llevo a una residencia de ancianos.
He dejado los nombres ocultos, pues eso ya no interesa, pero quería llegar a este punto: El Servicio de Pesca, no dudo y envió su felicitación a dos pescadores que miraban por el río y ayudaban a perseguir las infracciones de Pesca. Un buen ejemplo del que, si ahora fuéramos así, otro gallo cantaría. El pescador debe de prestar vigilancia y ayuda a la guardería, denunciando las infracciones que vea. Creo que este ejemplo es válido para nosotros los pescadores y también para la administración que debe premiar conductas ejemplares.