De pesca y música fue la 2ª Edición del Concurso de Micro-relatos Tormes Fly Fishing en el que el merecido ganador fue Gerardo Perez de las Casas con su relato LA LEYENDA DEL ROCK. Es de destacar la calidad de todos y cada uno de los trabajos presentados para esta ocasión y que dieron mucho trabajo al jurado, Clara, Nancy y Chaqui, para elegir el mejor. Enhorabuena por la convocatoria de este evento a Tormes Fly Fishing, al ganador y a todos los participantes.
 
 
 
 
Nuestra humilde aportación fue :
ESPERANDO EL AUTOBÚS.
 
¿Que hacemos?. – me susurro el viento
Esperando el autobús.- alguien contestó por mi.
¡¡Esperando el autobús!!
 Ruido de motores, el sonido del móvil y campeón al mus.
La gente camina inquieta como la corriente de esta orilla y los coches tan rápido como el agua en la de enfrente. Pero aquí no respiro humos ni me preocupa el itinerario, mi espera solo depende de una cebada o de esa eclosión que llene el río de vida y movimiento. A lo lejos, el ritmo, lo pone el cuco, más cerca trina un jilguero y el contrapunto es de un ruiseñor. El murmullo continúo del agua es música y por momentos suena, suena una canción…
 
 
 
Ya no soy ese urbanita que espera el autobús,
no hay ruido de motores ni escandalosas risas,
tampoco recuerdo el bar, ni la partida de mus,
la sinfonía es perfecta y hace lejanas las prisas
al móvil en silencio no le presto atención,
escucho el viento entre las hojas y me invento esta canción.
 
 
 
El sol fue entrando en el río y lentamente la temperatura subió, fue como una orden esperada y poco a poco todo se llenó de esos insectos acuáticos de vuelo torpe, pero que son piezas clave en el funcionamiento de estos ecosistemas fluviales y un exquisito manjar para pájaros y peces. Una lavandera, tsi-sitt, coge un mosquito al vuelo y de nuevo balancea su larga cola por entre los cantos rodados de la ribera. Pronto, un minúsculo circulo rompe el agua poniendo punto y final a pensamientos, estrofas y versos. Las cebadas se suceden, el tiempo se para y ya solo existe en este mundo… el río, las truchas y este humilde pescador.
 
 
Bajo largo y terminal fino,
es lo que demanda el río
Con cautela procedo y alargo el lance…que emoción.
Pica una trucha, me estremezco y sonrío
Esto es un paraíso y esta mi canción.
 
 
 
 
Ya no soy ese urbanita que espera el autobús,
no hay ruido de motores ni escandalosas risas,
tampoco recuerdo el bar, ni la partida de mus,
la sinfonía es perfecta y hace lejanas las prisas
al móvil en silencio no le presto atención,
escucho el viento entre las hojas y me invento esta canción.