El rio Najerilla, afluente del Ebro, es el más importante de los ríos de la Rioja y testigo fiel del histórico mozárabe, románica y gótico. Paso obligado del Camino de Santiago y un río referente para la pesca de la trucha.
Homenaje al río Najerilla.
TRISTE HOMENAJE A UN RÍO PRECIOSO DE LA RIOJA Y A LAS CRIATURAS QUE LO POBLABAN.
Por.- Venancio Alvarez López
¿Porqué nos gusta pescar?
No es difícil contestar esta pregunta, pero son muchas las respuestas de ese porqué: Nos gusta la Naturaleza, en su estado más puro, las riberas de los ríos, su vegetación y su variedad de aves. Nos gusta ver el agua correr, dibujando en el agua las corrientes y asomando la flora medio sumergida. Nos gusta el color azul del cielo reflejado en el espejo de las aguas, apreciar los cambios de las estaciones cuando comienzan y terminan para dar paso a la siguiente.
Nos gusta ver los ríos naturales, todavía no hollados por las eléctricas, las montañas bañadas en sus pies por el agua fresca y engañar al pez con elegancia, proponiéndole  nuestras moscas y devolverle a la vida después de ofrecernos unos gratos momentos con su lucha, que recordaremos siempre. Nos gusta la pelea, la aceptamos, pero siempre respetando su vida y verle marchar agradecido buscando otra vez las aguas donde salta y juega. Así sucesivamente, sería interminable…, nos gusta ser románticos, ver tanta belleza como si la creación comenzase ahora.

 

No todo es así, desgraciadamente, es un buen sueño que podía ser realidad, si no fuese por mil imponderables.
 
El hombre tiende a ver el lado bello y procura dejar en su mente los recuerdos de las imágenes que en ese día, en contacto con la Naturaleza, le ayudaron a descansar del caminar durante largos días de trabajo, bastaron unos momentos para que esta medicina hiciese efecto, comenzó el relax tan necesario para seguir con nuevas fuerzas.
Pero como una negra nube de tormenta cargada de fuerzas malignas desató la tempestad contra nuestro Paraíso y lo  destruyó.
Los seres inocentes jugaban a saltar, nadar y respiraban el oxígeno disuelto en el agua, animados a comer del fondo y más tarde atrapaban una mosca recién eclosionada… todo era movimiento y bullicio dentro de aquellas corrientes.
Nosotros pescadores y amantes de todo aquel Paraíso adivinábamos las posturas donde estaban nuestras amigas, que ya no se escondían, ni se refugiaban aletargadas en sus escondites naturales, pero el mal acechaba a aquellas criaturas que de repente notaban que su casita, rodeada de aguas puras, se tornaba amarillenta, turbia ¿quizás una tormenta?, ya conocían esos cambios naturales, pero enseguida se dieron cuenta de que algo malo estaba sucediendo, sus agallas les quemaban y enseguida les afectaba a su cuerpo que perdía fuerzas y el sentido de la orientación, se paralizaba ante algo tóxico que el agua portaba y eliminando el oxígeno natural.

 

Faltas de fuerzas, nuestras queridas criaturas plateadas, se dejaban impotentes arrastrar por la corriente, se orillaban y se sumían en ese sopor, en ese mal sueño, preludio de una muerte segura.
Pero volvemos a la realidad, se acabaron las alabanzas risueñas y románticas, allí no hay poesía. Allí quedó el río vivo, juguetón, lleno de vida,  desierto de criaturas maravillosas y allí quedaron mis ilusiones, mi lugar preferido de encuentro con mis amigas, ahora ya no están, nos quedamos solos después de este golpe mortal, solo quedan los recuerdos, añorar aquellos momentos que compartimos juntos y nunca olvidaremos.
Un ansia de venganza nos recorre, tanto mal no puede quedar impune, haremos lo posible porque no vuelva a ocurrir, castigar a los que dispusieron de las vidas que no les pertenecen. No es una más, es si puede ser la última vez que ocurra, debe ser el fin de este horror que contemplo como si fuese el holocausto de un Río precioso.