El renacimiento del río Valseco.

Vuelve el agua al río Valseco.

La presa de Matalavilla no permitía la existencia de un mínimo caudal ecológico en el río Valseco.

 

Fue en el año 1967 cuando se terminan las obras de la presa de Matalavilla, que con 115 metros de altura se erigió en la más alta de la provincia de León, pasando a formar parte del aprovechamiento hidroeléctrico del alto Sil. Situada en el municipio de Palacios del Sil, en la localidad de Matalavilla conforma el embalse con el mismo nombre.

Sus aguas embalsadas provienen del río Valseco y de las aportaciones subterráneas, del río Salentinos y del embalse de Las Rozas. Una vez almacenada el agua, ésta es trasvasada al embalse de Ondinas en el río Sil. La disposición de trasvases, captaciones y conducciones consiguen un embalse que, con una capacidad de 65 Hm3, solo funciona como un gran deposito de agua, para conducirla al río Sil con la función de generar electricidad en la central de Las Ondinas.

 

 

 

Así que, aguas abajo de la presa no existía caudal ecológico, el valle estaba absolutamente seco, de tal manera que el río Valseco no existía como tal a lo largo de unos 800 m, hasta su confluencia con el río Salentinos.

 

 

 

 

          Tanto desde Medioambiente como desde el colectivo de pescadores se llevaba tiempo reclamando el cumplimiento de la normativa relativa al mantenimiento del caudal ecológico para asegurar la supervivencia del ecosistema. Y es ahora que, tras muchos años en el olvido y grandes inversiones para cambiar las válvulas, en el lecho del río Valseco vuelve a circular el agua y la esperanza de vida acuática en un lecho que lleva varias decenas de años en el dique seco.

 

 

 

 

A pesar de esta buena noticia, es urgente un estudio sobre la política energética en España, es necesario considerar otras alternativas de energía sostenible y el uso de otras fuentes renovables y que no recaiga sobre algunos territorios y sus ríos toda la demanda eléctrica. Los ríos de León ya no soportan más presas ni represas.

Sin río no hay nada.